La vacuna Moderna COVID-19 se exhibe en una farmacia en Little Rock, Ark. El 8 de marzo de 2021. (Rory Doyle/The New York Times)

En todo Estados Unidos, son pocos los hispanos vacunados, según un análisis elaborado por The New York Times con base en la información sobre etnicidad y raza informada por los estados. El porcentaje de hispanos entre la población vacunada es inferior que la población hispana en general en todos los estados con comunidades hispanas importantes.

Según los expertos de salud pública y los organizadores de salud comunitaria, las barreras para el acceso a las vacunas que experimentan varias comunidades hispanas —aunado a las limitaciones estructurales que suelen enfrentar las comunidades de color— impiden que haya índices de vacunación más elevados, aun cuando la vacuna sea más accesible.

Por ejemplo, el acceso a las herramientas digitales necesarias para hacer una cita es limitado, en particular entre aquellos que son mayores y viven en comunidades de inmigrantes.

“Nuestra gente mayor no tiene correo electrónico, no tiene computadoras en casa”, comentó James Rudyk, director ejecutivo de Northwest Side Housing Center in Chicago, a cargo de clínicas de vacunación en Belmont Cragin, un barrio mayormente hispano. “Tienen teléfonos celulares, pero no acceden a los sistemas de registro que piden llenar varias páginas de información”.

Y con frecuencia sucede que la información sobre quién puede recibir la vacuna y registrarse solo está en inglés.

“La gente ni siquiera sabía de la existencia de la vacuna cuando hablamos con ellos”, comentó Gilda Pedraza, directora ejecutiva del Latino Community Fund en Atlanta, que llamó a cientos de hispanos de la tercera edad a finales de febrero para organizar una clínica de vacunación, antes de que el departamento de salud estatal publicara la información en español sobre quienes podían recibir la vacuna.

Los condados estadounidenses con una población hispana considerable son más propensos a enfrentar barreras tecnológicas y de idioma, así como las barreras de los costos de la atención médica y es menos probable que cuenten con seguro médico.

Los organizadores de las clínicas de vacunas también informan que los miembros hispanos de sus comunidades, muchos de los cuales no están asegurados, desconocen que la vacuna es gratuita para todos y han manifestado preocupación por su costo. Algunos, en particular los trabajadores esenciales con poco o nada de tiempo libre, comentaron que no pueden faltar al trabajo para vacunarse ni pueden permitirse no ir a trabajar en caso de tener efectos secundarios tras aplicarse la vacuna.

Y aunque el gobierno del presidente Joe Biden declaró que recibir la vacuna no afectará el estado migratorio de una persona, los trabajadores de salud comunitarios dicen que esta sigue siendo una preocupación importante para las familias migrantes.

“Ayer recibí dos llamadas de gente que está en el proceso de tratar de regularizar su situación migratoria y me decían: ‘Preferimos no vacunarnos, porque, ¿qué tal si se enteran de que salimos y eso afecta nuestro proceso migratorio?’”, comentó Pedraza. “Y les dije: ‘Tal vez no vivan para ver su proceso migratorio si no se vacunan’”.

Según los expertos en salud pública, un proveedor sanitario de confianza que comparte información sobre la vacuna puede solventar algunas de estas barreras. Sin embargo, es menos probable que los hispanos conozcan a alguno. Y es menos probable que los condados con poblaciones hispanas importantes tengan acceso de confianza o habitual a la atención médica.

Los defensores de la salud comunitaria que viven y trabajan en los barrios en los que asisten con la vacunación están asumiendo parte de esta responsabilidad y comparten información importante sobre la vacuna.

“Al inicio de nuestro primer día de la segunda dosis tuvimos un índice de no presentación de casi el 20 por ciento y pudimos disminuirlo a menos de un 2 por ciento con llamadas telefónicas”, comentó Rudyk. “Mucha gente pensaba que una dosis era suficiente”.

Y aunque a muchos les preocupa la inocuidad de la vacuna, los defensores afirman que hablar de estos temores, incluso si requiere tiempo, ayuda a algunos tomar la decisión de inmunizarse.

“Ver a gente como tú, que habla como tú, es fundamental”, comenta Pedraza. “Es lo que cambia el comportamiento”.

Los estados que se asocian con organizaciones basadas en la comunidad están suministrando la vacuna de manera más equitativa que otros, afirmó Rita Carreón, vicepresidenta de salud en UnidosUS, una organización de derechos civiles para comunidades hispanas.

En los estados incluidos en el análisis de este diario, la brecha entre la porción hispana de la población general y la población vacunada disminuyó un poco desde principios de mes. El hecho de haber incluido a más personas para que puedan recibir la vacuna puede haber contribuido a disminuir la brecha, pero los expertos de salud pública dicen que las barreras para el acceso siguen siendo importantes para generar disparidad.

Los esfuerzos federales para disminuir la brecha entre los hispanoestadounidenses a través de los centros de salud comunitarios, aunque limitados en tamaño, han tenido cierto éxito. Si bien el porcentaje de la población hispana en la población estadounidense es de alrededor del 18 por ciento, los hispanos conformaron más de una cuarta parte de aquellos en todo el país en recibir la primera dosis en un centro de salud comunitario, según un análisis de datos federales de la Fundación de la Familia Kaiser.

Hispanic people across the United States continue to be especially underrepresented among those vaccinated, according to a New York Times analysis of state-reported race and ethnicity information.

METODOLOGÍA:

El Times recabó datos sobre la raza y el origen hispano de la gente vacunada de los sitios web estatales el 19 y el 20 de marzo.

No se cuenta con información sobre la raza y el origen étnico en un número significativo de registros de vacunación en todos los estados, hasta un tercio en algunos estados. Después, este diario eliminó de su análisis los registros de vacunación con datos de raza o etnia desconocidos o no declarados. Se excluyó al distrito de Columbia porque se desconocía el origen étnico de la mitad de la población vacunada.

Los estados también varían a la hora de incluir a los no residentes entre los vacunados. Los estados pueden o no incluir a las personas vacunadas por un programa federal para centros de atención a largo plazo. El Times utilizó datos de población de la Encuesta de la Comunidad Estadounidense de 2019. Mientras que algunos estados incluyen a los hispanos entre las categorías raciales, otros informan la etnia por separado. Las cifras totales de población se ajustaron con base en el método de reporte de raza y etnia en cada estado.

Surgo Ventures proporcionó datos a nivel de condado de su Índice de Cobertura de Vacunas para la COVID-19, que identifica las posibles barreras para el acceso a las vacunas. Los indicadores se basan en la proporción de hogares que informan de diversas barreras, como se indica a continuación. Para el indicador de “acceso a la información”: no se cuenta con conexión a Internet, teléfono celular o el inglés que se habla es limitado; para el indicador de “barrera del costo de la atención médica”: no se cuenta con un seguro médico o no se busca atención debido a los costos; para el indicador de “acceso a la atención médica de rutina”: no se realizan visitas médicas regulares, y para el indicador de “médico regular”: no se cuenta con un médico personal o un médico familiar.

En todo Estados Unidos, son pocos los hispanos vacunados, según un análisis elaborado por The New York Times de la información sobre etnicidad y raza informada por los estados.

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